IInstrucciones Para Dar Cuerda Al Reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
4 comentarios:
No veo la hora en que des las instrucciones!, asi puedo llegar en punto a nuestro futuro desencuentro y quedarme mordiendome el labio mirando la nada de tu espacio vacio, no no quiero perdermelo. La belleza del encuentro vive en los ojos de los miopes, el dessseo,,, PESA pesa parido sin aviso por el desencuentro. Te propongo un desencuentro en donde vos quieras, decidi una esquina un lugar inexistente a una hora inexacta y yo me esforzare por no encontrarte, solo dejame la nada, y en el hueco del vacio tu mueca. SI?
Esta muy bien todo esto, pero por qué no me decís quien sos?
Soy solo el resultado de la invocacion del sonido del tipeo de tus palabras, un misterio binario, comunacho, inofensivo. Sin la menor intencion de incomodar u ofender, solo, quiza, una reaccion a tus escritos que me acompañan. Quien soy, mi identidad esta empapando cada oracion volcada: un misterio complice, de tus escritos.
O sea, un boludo...
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