Rómulo me sigue mirando desde su adusto paisaje. Tal vez ahora cuente otras cosas, o salte fuera de otras peceras.
-Tenés todavía la mancha en la aleta?-le pregunto.
Rómulo me mira.
Piensa que el ha cambiado mucho más que yo, pero no se atreve a decirlo.
Yo pienso que la flor que le crece en la aleta ya casi le llega al cuerpo.
Seguro llegará hasta las branquias dentro de poco.
Seguro llegará antes que yo a poder mirar detrás de si,
o a través del espejo de cristal y agua,
y verse completo.
Seguro llegará antes.
Eso pienso.
16.6.09
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