30.9.09

El Juicio de Osiris (ó psicostasis*)

El juicio de Osiris es el acontecimiento más importante y trascendental para el difunto, dentro del conjunto de creencias de la mitología egipcia.

En la Duat (lugar donde se celebraba el juicio de Osiris), y donde el espíritu del difunto debía deambular, sorteando malignos seres y otros peligros) el espíritu del fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal de Osiris . Anubis extraía mágicamente el Ib (el corazón, que representa la conciencia y moralidad) y lo depositaba sobre uno de los dos platillos de una balanza. El Ib era contrapesado con la pluma de Maat (Diosa hija de Ra, símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada en el otro platillo.

Mientras, un jurado compuesto por dioses le formulaba preguntas a cerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso. Dyehuty, actuando como escriba, anotaba los resultados y los entregaba a Osiris. Generalmente, en las tumbas de los faraones, se solía poner si ese faraón sería capaz de pasar al mundo de los muertos.

Al final del juicio, Osiris dictaba sentencia:

Si esta era afirmativa su Ka (fuerza vital) y su Ba ( fuerza anímica, manifestada una vez acaecida la muerte) podían ir a encontrarse con la momia, conformar el Aj (unión tras la muerte del cuerpo físico) y vivir eternamente en el Aaru (El Paraíso en la Mitología Egipcia).

Pero si el veredicto era negativo, su Ib era arrojado a Ammit, la devoradora de los muertos (un ser con cabeza de cocodrilo, melena, torso y brazos de león y piernas de hipopótamo), que acababa con él. Esto se denominaba la segunda muerte y suponía para el difunto el final de su condición de inmortal; aquella persona dejaba de existir para la historia de Egipto.

El difunto tenía que cumplir varios requisitos para que este veredicto fuera favorable: sólo lo merecía aquél que podía presentar una conducta intachable respecto al cumplimiento en vida de los propios deseos de su corazón.

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Tal vez Maat se apiade de mí y todo siga siendo como hasta ahora, que muerte hay una sola.

-Aunque lo veo poco probable-

"Tengo una lista interminable de cosas que hacer antes que la seguridad" me dijeron una vez. Yo pensé que había entendido del coraje, del vértigo, de la audacia y el respeto para con uno mismo. No deja de doler el saber que no entendí ni un poco.
Ilusión es lo que sobra.


-*Psicostasis: Pesaje del alma.