16.8.06

Felices 21

Feliz fantoche que mirás de revés, mirá mejor, mirá bien. Ahí, justo donde creíste resolver la adivinanza, justo ahí donde diagnosticaste el inicio de la felicidad eterna, hubo una niña desgarrada de sal que te vió regocijarte en tu alegría. Una niña que no tiene más que un atadito de anécdotas graciosas, una sonrisa útil, una percepción que la salva y muchos como vos. Sin embargo llora, sigue llorando, y lo peor: no sabe cuándo va a parar de llorar.
Festejá, aún queda tiempo. Sacá las serpentinas, apagá la luz y soplá tus deseos, que al final de la velada, la tuya, empieza la de ella; y habrá que ver quién la para.

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