15.9.06

Ad ver tencia

Y cuando el fervor
clame a gritos las gotas,
ya no estará el pálido suelo que cubre
sin semillas
el polvo que pisa tu lengua.

Entonces lamentrás no haber nacido
ni tener en tus llemas el gesto,
ese bufón mentiroso que pende de tus orejas.
Y si llegaran en barcos
como gigantes peldaños,
para arrastrarte hacia la nota más alta,
más áspera, más cruda,
no podrás mas que mirar,
sólo de reojo,
el corto horizonte de tus párpados
ya ni húmedo, ya ni tibio,
ni nada.
Ni nada.

No hay comentarios.: