13.11.06

El sexo de un pez

Me maché de barriletes,
rojos y violetas
para jugar con vos.
Y pisé mi lengua en el ladrillo,
acurrucada en tu muñeca.
Y me dió risa y no quise despertarte,
entonces lloré a mares
sobre el filo del colchón.
Y tuve frío
y no quise que me abraces.
Fui un monigote con estampa de mujer.
De mujer que muere, y vos nada.
De mujer que vuela atada a tus pies.
De mujer que no sabe.
De mujer niña.
De nada más que esta palma,
de carbón y olvido,
que mira de cielo a cielo
y no busca comprender.
Porque tiene los ojos de todos,
y tiene la nuca al revés,
y los pies inauditos,
la boca anclada,
la sangre vacía,
y el sexo de un pez.

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