The End

Erguísima ciclotmia del que es frágil
vano sucumbr a la esfixia.
Poner sobre la angustia el bálsamo:
tarea del autor, nunca inocente
(pero no a drede)
que intenta comulgar con su dialéctica
y falla, cada vez más térreo.

Al pozo! Gritan algunos
(los de afuera, claro)

Y no podés más que seguir escarbando
hacia arriba
creyéndote impune por sobre todas las cosas.
Manojos de piedad
volcanes de sólidos carcteres
Y en la cúspide un sólo argumento:
NO DOLER A NADIE.