Vino y dijo:
-Usted tiene que realizarse.
Usted tiene un destino que cumplir.
Usted debe...
-Miró en torno, se levantó los anteojos ahumados y terminó-:
-Pero yo comprendo...comprendo.
Vestía de gris. Era un día gris.
Hablaba en gris y en gris estaba mi corazón.
Paz sobre mi.
Lo que nadie sabe es que tengo un alma trémula
por debajo de los cascotes que me ha tirado la vida
y por encima de los huracanes que he provocado.
24.10.06
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